El Zócalo de la Ciudad de México se transformó en un gigantesco santuario la noche del sábado para honrar la memoria de Juan Gabriel. Bajo el cielo abierto de la Plaza de la Constitución, una multitud estimada en 170,000 personas se reunió para presenciar un evento único: la proyección del primer concierto que el “Divo de Juárez” ofreció en el majestuoso Palacio de Bellas Artes en 1990. La cifra, proporcionada por el gobierno capitalino, refleja el inmenso y perdurable cariño del pueblo mexicano hacia su ídolo.
Este monumental homenaje, que estableció un nuevo récord global de asistencia para un evento presencial de Netflix, superó con creces una proyección similar realizada en septiembre de 2024. La plataforma de streaming, en colaboración con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, convirtió el Zócalo en una sala de cine al aire libre, demostrando que el legado de Juan Gabriel trasciende generaciones y formatos.
Un Viaje en el Tiempo con Sabor a Concierto
La proyección sirvió como pieza central de la promoción para la nueva docuserie de Netflix, “Juan Gabriel: Debo, Puedo y Quiero”, estrenada el pasado 30 de octubre. Sin embargo, el evento rápidamente dejó atrás su carácter promocional para convertirse en una experiencia colectiva y emotiva. El ánimo del público, que coreaba y cantaba cada canción, hizo que la función se sintiera como un concierto real, un viaje en el tiempo de 35 años hacia una presentación que en su día fue histórica y polémica.
Desde horas antes, el Zócalo comenzó a llenarse de seguidores de todas las edades. Familias completas, imitadores del artista con sus emblemáticos trajes y fans que viajaron desde diversos rincones del país se dieron cita con carteles, playeras y el espíritu listo para celebrar. Entre los asistentes especiales se encontraba Iván Aguilera, hijo del cantautor, quien se sumó a la celebración del legado de su padre junto con el equipo creativo de la docuserie.
Juan Gabriel Éxitos que Conmovieron Hasta las Lágrimas
La proyección del concierto de Juan Gabriel en Bellas Artes revivió los clásicos que forjaron su leyenda. Temas como “Hasta que te conocí”, “Querida” y “Amor eterno” resonaron en la plaza, conmoviendo hasta las lágrimas a una audiencia que encontró en la música una conexión íntima y nostálgica con el artista. La energía culminó cuando el Mariachi Estrella de América subió al escenario para interpretar un potente setlist de sus éxitos, seguido por un espectáculo pirotécnico que iluminó el cielo nocturno, cerrando con broche de oro una noche mágica.
El tributo confirmó que Juan Gabriel, a años de su partida, sigue más vivo que nunca en el corazón de México. Su música, un tesoro nacional, demostró una vez más su poder para unir a multitudes en el lugar más emblemático del país, el Zócalo, probando que su voz y su espíritu son verdaderamente eternos.
