Sam Rivers, bajista fundador de la banda Limp Bizkit, falleció este 18 de octubre. La banda, que se encontraba activa en su gira, confirmó el deceso a través de sus redes sociales, sumiendo en la consternación a fanáticos y a la industria musical. Por el momento, se desconocen las causas de su muerte.
Limp Bizkit lo anuncia a través de Fred Durst
El grupo, liderado por Fred Durst, compartió un sentido mensaje en Instagram para despedir a su compañero. “Sam Rivers no era solo nuestro bajista, era magia pura. El pulso debajo de cada canción, la calma en el caos, el alma en el sonido”, escribió la banda. El comunicado añadió que Rivers fue “un tipo de humano que sólo se puede hacer una vez en la vida”, reflejando el profundo vacío que deja su partida. En un mensaje individual, DJ Lethal pidió privacidad para la familia y amigos, afirmando: “Estamos en shock. ¡Descansa en paz, hermano!”.
Sam Rivers fue una pieza fundamental en la formación y el sonido de Limp Bizkit. Junto a Fred Durst, cofundó la banda en Jacksonville, Florida, en 1994, contribuyendo decisivamente a forjar la identidad del Nu Metal. Su bajo pesado y groovy no fue un simple acompañamiento; fue la columna vertebral sobre la que se construyeron himnos generacionales como “Nookie” y “Break Stuff”, definiendo el sonido de una era. Su muerte marca el fin de una era para el género.
¿Qué pasará con las fechas anunciadas?
La noticia toma por sorpresa a todos, ya que Rivers se presentaba activamente con la banda sin mostrar señales públicas de problemas de salud. Su inesperada partida deja en el aire el futuro inmediato de la gira “Still Sucks”. Una de las fechas más anticipadas era la presentación en la Explanada del Estadio Azteca en México, programada para el 29 de noviembre, donde Limp Bizkit compartiría escenario con bandas como 311. La incertidumbre sobre si el tour continuará o se pospondrá ahora ronda entre los miles de seguidores que esperaban ver a la formación original.
El legado de Sam Rivers perdura en cada riff y en la energía cruda que catapultó a Limp Bizkit a la fama mundial. Su muerte no solo es una pérdida irreparable para sus compañeros de banda, sino para toda una generación que creció al ritmo de su bajo.
