En la producción de un evento o concierto, una de las decisiones más delicadas y estratégicas es la elección del artista. No se trata solo de traer a alguien con fama o seguidores, sino de asegurar que su propuesta artística encaje con la misión del evento, con el público y, por supuesto, con el presupuesto. Saber negociar con artistas, managers y bookers es una habilidad clave que todo productor debe dominar.
El artista adecuado para el evento correcto
El primer paso es analizar el perfil del evento: ¿es un festival masivo, un concierto íntimo, un show corporativo o una celebración cultural? Cada formato requiere un tipo distinto de artista. Por ejemplo, un evento familiar se beneficia de un talento que conecte con todas las edades, mientras que un festival especializado exige una curaduría musical que dialogue con el género y la comunidad. Elegir mal puede significar que la audiencia no se identifique y que el ambiente se diluya.
La comunicación con managers y bookers
Una vez identificado el artista ideal, el siguiente paso es establecer contacto con su manager o booker. Aquí es fundamental ser claro y profesional desde el inicio: especifica las fechas, la ciudad, el tipo de evento y lo que esperas de la presentación. Cuanto más información proporciones, más fácil será que la contraparte evalúe la viabilidad.
Recuerda que los managers y bookers no solo cuidan los intereses del artista, también valoran la seriedad de la producción. La forma en que te presentes es tan importante como la propuesta económica.
Negociar el costo sin perder la visión
Al momento de negociar honorarios, debes equilibrar dos factores: el presupuesto disponible y el valor que el artista aporta al evento. Aquí entran en juego aspectos como:
- La proyección del artista (emergente, consolidado o estrella internacional).
- El alcance esperado del evento (capacidad del recinto, ventas de boletos, patrocinadores).
- Los beneficios adicionales (visibilidad mediática, fortalecimiento de marca, atracción de público nuevo).
La negociación no se limita a cifras: también incluye condiciones técnicas, tiempos de montaje, transporte, hospedaje y posibles cláusulas de promoción. Ajustar todo esto a la realidad del evento es clave para evitar sorpresas.
Beneficios mutuos como base del acuerdo
Un buen acuerdo se sostiene en beneficios claros para ambas partes. El artista debe sentirse valorado, respetado y respaldado logísticamente; el productor debe garantizar que la inversión en talento genere retorno y cumpla con la misión del evento. Si logras transmitir que tu propuesta no es solo un contrato, sino una oportunidad real de proyección y conexión con la audiencia, ganarás la confianza de los managers y bookers.
El arte de cerrar sin quemar puentes
Incluso si no llegas a un acuerdo con un artista, procura siempre cerrar la comunicación de manera cordial. La industria es un círculo pequeño y la reputación del productor se construye con cada interacción. Mantener relaciones abiertas puede generar oportunidades futuras.
En conclusión, elegir y negociar con artistas es un proceso que requiere visión estratégica, comunicación clara y sensibilidad para equilibrar presupuesto, expectativas y misión.
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